viernes, agosto 15



Yo no soy tuya ni tú eres mío.
 Tú eres tuyo y yo soy mía.
Pero aprendamos juntos, aprendamos a fallar, y si fallamos, nos levantamos juntos.
Quiero que seas lo último que vea al dormirme y lo primero que vea al despertarme, y que si despierto a mitad de noche y te vea a mi lado, piense que aún sigo soñando.
Evitemos la monotonía y sorprendámonos cada día.
Mirarte y sonreír, preguntarme por qué sonrío y no saber qué contestarte, aunque sepa que tú eres el por qué de mi sonrisa, pero aún me dé vergüenza reconocerlo.
Y que sea cualquier lugar en el que estemos;

 abrir la puerta, verte, y saber que he llegado a mi hogar.




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