Yo no soy tuya ni tú
eres mío.
Tú eres tuyo y yo soy mía.
Pero aprendamos
juntos, aprendamos a fallar, y si fallamos, nos levantamos juntos.
Quiero que seas lo
último que vea al dormirme y lo primero que vea al despertarme, y que si
despierto a mitad de noche y te vea a mi lado, piense que aún sigo soñando.
Evitemos la monotonía
y sorprendámonos cada día.
Mirarte y sonreír,
preguntarme por qué sonrío y no saber qué contestarte, aunque sepa que tú eres
el por qué de mi sonrisa, pero aún me dé vergüenza reconocerlo.
Y que sea cualquier
lugar en el que estemos;
abrir la puerta, verte, y saber que he llegado
a mi hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.